El cambio empieza en la mente, una lección sobre psicología del dinero
- Mujeres y Dinero
- 30 oct
- 3 Min. de lectura
La psicóloga Lorena Estefanell dice que muchas veces el problema de una persona está en “el diagnóstico que hace de su propio problema”
Por Lucía González
Nuestra comunidad está formada por mujeres muy diferentes, pero todas comparten esto en común: hay algo acerca de su relación con el dinero que quieren modificar. Si les preguntamos “¿Cuáles son tus conflictos con las finanzas?”, las respuestas toman diversas formas. La columna de hoy es una invitación a que te preguntes, respondas y lo analices, porque aunque te parezca improbable, tus posibilidades de cambio están vinculadas con las palabras que elegís para definir tu problema. Te lo explico a través de la psicología del dinero.
La psicóloga Lorena Estefanell, nuestra referente en estos temas, dice que muchas veces el problema de una persona está en “el diagnóstico que hace de su propio problema”. ¿Por qué? Lorena nos diría: “porque solo nos movemos por aquellas cosas que creemos que podemos cambiar”. Es decir, si cuando pensamos en nuestra dificultad ya la vemos como una batalla perdida, entonces lo más seguro es que no encontremos la energía para ganar. Hasta acá tiene sentido, ¿no? Pero esto tiene una explicación aún más profunda, que se relaciona con el funcionamiento de nuestra mente.
Sucede que, cuando diagnosticamos un problema, contamos con tres categorías a nivel mental: definimos si es externo o interno, si es estable o variable y si es global o específico. Veamos uno por uno para entenderlo mejor. ¿Cuál es tu problema con el dinero? ¿Cómo lo ponés en palabras? Tal vez formules tu respuesta en un sentido externo como si dijeras “gestionar el dinero es difícil”, y pusieras la dificultad como algo que te excede. Es diferente si lo ponés en términos de un asunto interno: “yo no sé gestionar mi dinero”. También es importante distinguir si hablamos sobre este tema desde lo estable o variable. Por ejemplo, pensar “no soy buena para manejar mi dinero” es distinto a decir “en este momento no tengo determinada habilidad” para hacerlo. ¿Ves la diferencia entre lo que parece inamovible y lo que tiene transitoriedad? Del mismo modo debemos atender a si nos expresamos de manera global, diciendo “los temas de dinero me generan demasiada ansiedad”, o si logramos especificar cuál es el punto: “nunca aprendí a manejar un presupuesto”.
Según cómo definimos el problema en base a estas variables, vamos a desarrollar acciones de cambio o no. Ante aquello que vemos como externo, estable y global, el cerebro opta por adaptarse y no gastar energía en cambiar, porque parece algo demasiado difícil. Es lógico. Pero si en cambio diagnosticamos la dificultad desde un lugar interno, variable y específico, ahí sí la mente abre la puerta hacia la acción. ¿Me seguiste? Hacé la prueba de escuchar a otro hablando sobre un problema y fijate qué categorías usa.
En conclusión, si algo podemos aprender de la psicología del dinero, es que tal vez no tenemos que seguir buscando soluciones nuevas, sino ir un paso atrás, detenernos y observar el diagnóstico que teníamos hecho. Revisar nuestras creencias y cambiarlas si hace falta, pensar en lo transitorio de la dificultad e identificar lo específico del problema. Renovar el punto de partida para lograr empezar el cambio.
Porque no se trata solo de dinero, se trata de tu vida.











