Proyectar tiempo y dinero en términos de carencia nos deja en una eterna sala de espera
- Mujeres y Dinero
- 30 oct
- 3 Min. de lectura
Te invitamos a ver más allá del capital financiero y valorar el capital humano, que es nuestra capacidad de agregar valor al mundo con lo que hacemos.
Por Lucía González
“Cuando tenga tiempo” y “cuando tenga dinero” son dos comienzos de frase con los que posponemos deseos y acciones. A veces también obligaciones, como cuando nos prometemos: “en las vacaciones me pongo al día con…” y la mayoría de las veces no lo cumplimos. Otras veces, incluso proyectamos emociones: “Me voy a sentir en calma cuando tenga un ahorro de X”.
En estas formulaciones hay dos problemas. En primer lugar, que solemos poner al dinero y al tiempo en un lugar de carencia, de falta. Y eso, en palabras de la economista española Cristina Benito, “nos deja a nosotras en una eterna sala de espera”. Seguramente ninguna lo elegiría conscientemente, pero muchas veces terminamos habitando esa constante prórroga pasiva de nuestra propia vida.
El segundo problema tiene que ver con que el dinero y el tiempo tienen en común eso de que “cuanto más tenemos, más gastamos”. A veces se genera la oportunidad que esperábamos, obtenemos ese tiempo o ese dinero extra, y sin embargo no logramos concretar lo que buscábamos, no sabemos muy bien cómo pero nos descubrimos de nuevo en la misma situación original. En los círculos de acompañamiento de Mujeres y Dinero este tema se repite en las historias de muchas: “Si gano 3, gasto 3. Si gano 10, gasto 10. Si gano 100, gasto 100”, nos dicen. Con el tiempo sucede lo mismo. Pensemos por ejemplo en que el teletrabajo nos liberó una cuota de tiempo que antes usábamos para el transporte. ¿Cuántas de nosotras sentimos que realmente lo pudimos capitalizar y cuántas nos encontramos de nuevo igual que antes, buscando de dónde sacar más horas que las 24 que tiene un día?
“Tiempo y dinero son dos caras de una misma moneda” nos dijo Cristina Benito en la charla que compartió el año pasado con nuestra comunidad. Ella nos inspiró con la idea de que si no gestionamos bien uno tampoco vamos a poder gestionar bien el otro, y viceversa. Existen ejemplos extremos de personas que ganaron la lotería y pocos años después volvieron a tener grandes problemas de dinero. Por eso resulta clave trabajar el vínculo que tenemos con él. Y mejorar su gestión también se trata de repensar el valor que le damos a nuestro tiempo.
Como mujeres muchas veces entregamos nuestras horas y energía sin pensar en cuánto vale. En Uruguay, nosotras dedicamos 14 horas semanales más que los hombres al trabajo no remunerado. De hecho, estas tareas domésticas y de cuidado representan un 61% de nuestra carga total de trabajo, según la encuesta de uso del tiempo y trabajo no remunerado 2022, del Instituto Nacional de las Mujeres del Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de Estadística.
Esta es una invitación a repensar la relación que tienen el tiempo y el dinero como dos variables tan importantes y entretejidas en nuestra realidad. A ver más allá del capital financiero y valorar nuestro capital humano, que es nuestra capacidad de agregar valor al mundo con lo que hacemos. Que se compone de nuestro tiempo, nuestras habilidades y nuestra energía. Para dejar atrás la sala de espera pensemos de qué manera nos podemos poner a trabajar hoy, para caminar hacia ese futuro que proyectamos pisando firme sobre nuestro momento presente.
Porque no se trata sólo de dinero, se trata de tu vida.
